Esta norma establece varios objetivos mínimos nacionales para el año 2030 en relación a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, energías renovables y eficiencia energética.
En concreto, se establece la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 23% respecto al año 1990; alcanzar una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de, como mínimo, un 42%; lograr un sistema eléctrico con un 74% de generación a partir de energías de origen renovable, y mejorar la eficiencia energética disminuyendo el consumo de energía primaria en, al menos, un 39,5% con respecto a la línea de base conforme a normativa comunitaria.