Han pasado muchos años ya desde que un joven Thomas Bock visionara un futuro de la construcción protagonizado por robots y automatismos [1]. Casi cuarenta años después de aquella premonición, la robótica empieza a tener presencia lentamente en el sector de la construcción. Pujante a nivel propositivo o conceptual y aún testimonial en el escenario real de una obra de construcción.


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