El concepto machadiano de las dos Españas en política, derecha frente a izquierda, se extiende en el siglo XXI en una nueva realidad en el país, la de la España vaciada frente a las grandes urbes que absorben una población creciente. Esa tendencia demográfica tiene un efecto directo en la construcción de viviendas, un sector en recuperación en el que los promotores apenas se fijan en unas pocas provincias para hacer negocio. En numerosos pueblos y ciudades la edificación apenas llega al 3% de lo que se construía en la burbuja inmobiliaria de la pasada década, por la huida de la población y también por la digestión de los excesos en lugares como Castellón.