Lo primero que el informe explica, es que la fabricación aditiva acortará las cadenas de suministro, lo que se traducirá en menores tiempos de fabricación e implementación. Hoy en día, la impresión 3D reubica la producción y, por lo tanto, favorecerá el Made in Europe. Esto tendría un impacto positivo en la economía del área y reafirmaría su posición en la escena internacional. Los expertos continúan: la impresión 3D permite una mejor gestión de los materiales de fabricación, lo que es totalmente coherente con los desarrollos para la preservación del medio ambiente. Aunque hay un cuestionamiento en este punto, ya que las impresoras 3D siguen siendo máquinas de producción que requieren mucha energía. Finalmente, el informe explica que la fabricación aditiva permitirá reconsiderar el diseño de muchos productos fabricados en la actualidad, probarlos más fácilmente o mejorar los existentes. Se facilitará la reparación, lo que podría permitir a los consumidores desperdiciar mucho menos.
