Desde las instituciones europeas se ha señalado en numerosas ocasiones el poder disruptivo que tendrá la inteligencia artificial capaz de generar profundos cambios en la economía, el empleo y otros ámbitos de la sociedad. La robótica, la tecnología aplicada a la salud, la protección del medio ambiente o la movilidad urbana, son algunos de los aspectos que se verán beneficiados por la IA en el día a día de la vida de ciudades, comunidades y territorios.