La impresión 3D simplifica la construcción de vivienda, ahorrando tiempo y reduciendo las emisiones y los desechos asociados. Básicamente se realiza mediante impresoras 3D de gran tamaño —literalmente, del tamaño de una casa— que depositas capas de cemento una sobre otra, sin necesidad de colocar ladrillos ni tampoco construir encofrados para el hormigón.
Para la construcción se utiliza cemento fabricado de forma local, con los recursos de la zona, y teniendo en cuenta la ubicación relativamente aislada y carente de algunos servicios.